LAGRIMAS TRAS LA MASCARA (PARTE 8)

 

    Hola a todos, vamos a continuar con nuestro poema del 2020

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    Los ancianos morían,

los enfermos también,

los jóvenes y saludables,

solo lo podían ver.

Con fuerza volvía la idea,

de la purga otra vez,

ya que todos veían,

lo que querían creer.

Luego el gobierno,

y nuestra sanidad,

gritaron con fuerza,

una nueva cepa está por llegar.

Acabaron las vacaciones,

y los casos no,

más gente enferma,

no hagan caso, que se yo.

Los mayores con miedo,

los jóvenes también,

y las gentes del medio,

sin saber que hacer.

Vuelve4n las restricciones,

de verdad, otra vez,

no estamos en cuarentena, 

solo encerrados otra vez.

Lo que si que era curioso,

que el virus escogía,

si eres rico y poderoso,

contagiar el mundo no podías.

Curiosamente yo pienso,

será cosa de grandeza,

el virus será pobre,

y riqueza desea.

Yo se la solución,

será para sus vacaciones,

por eso los gobernantes,

pasean sin contraindicaciones.

Si es cuestión de riqueza,

denle al virus el dinero,

regálenle lo que nos queda,

y vayamos de paseo.

Curioso encierro el que tenemos,

podemos salir a comprar,

y podemos pasear,

eso sí, hasta las once no más.

De fiesta no se sale,

ni Karaoke ni discotecas,

porque tenemos un virus,

que le gusta ir de fiesta.

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   Aqui lo dejamos por hopy, mañana más. Un beso para todos y gracias por perder un poco de vuestro tiempo conmigo. Os dejo con la imagen del día.

MONTE PARALAIA

 

    Hola a todos continuamos con nuestro recorrido de las leyendas gallegas. 

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    No se sabe dónde estaba la Cova da Paralaia (cueva de A Paralaia).

    Para hacerse rico, hay que entrar en ella a las doce de la noche de San Juan.

Saldrá entonces una vieja moura con su manto de oro.                            Diciéndole “Pipar do saco” (“Pimplar del saco”), lo da todo.

Esa misma noche, a la misma hora, se peina a la vista una princesa moura que también puede dar tesoro, como también lo da el mouro encantado que vive allí­ si se hace lo que manda. Hay que ir por la mañana temprano y llevar un saco. Él saldrá en figura de cobra y hay que meterlo en el saco.

    También se cuenta que en el año 1895 llegó un mouro a la puerta de la dueña del pazo de O Rosal y pidió prestado un carro con sus bueyes y dos criados, pues tení­a que ir a la cueva de la moura Paralaia.

    Solamente entró el mouro en la cueva. Llovió, tronó y a la media hora salió el mouro con una figura de santo al hombro. La pusieron en el carro y la llevaron hasta la playa de A Xunqueira. El mouro se puso encima de la figura del santo y desapareció.

    Justo un año después recibió la dueña del pazo un paquete con un pañuelo de seda roja y unas letras, muy agradecidas por todo, invitándola a que pusiera el pañuelo donde más le complaciese.

La dueña del pazo, la señora Mona, lo puso por velo en un nogal,pero al dí­a siguiente el árbol desapareció.

    Desde la Cova da Paralaia se puede ir por subterráneo hasta Meira, hasta Darbo o a la Cova de A Lontra en Tirán. Allí­, a los huecos de las peñas, llega el agua del mar cuando sube la marea, lo que aprovecha una princesita moura, muy bonita, de largos cabellos dorados, vestida de blanco con su palangana y su peine de oro para el aseo. Quien le tire una piedra y le haga sangre, tendrá mucho oro.

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    Espero que os gustara la entrada de hoy, un beso para todos y gracias por perder un poco de vuestro valioso tiempo conmigo. Ahora os dejo con la imagen del día.