“Todos tenemos un destino que seguir”. Esta era la frase con la que Camila siempre empezaba su diario, pero llevaba dos días sin escribir porque llevaba desaparecida esos dos días.
Había
salido temprano para ir a la universidad y nadie la había vuelto a ver. Pensaron
en un secuestro, en un accidente, incluso que se hubiera escapado, pero la
realidad era muy distinta.
Ella
desapareció en su décimo octavo cumpleaños y al recorrer el camino para la
universidad un coche se paró en su camino y un Elfo bajo del coche invitándola
a subir, la dulce voz de aquel ser la convenció fácilmente. Sin tener muy claro
cómo, en un abrir y cerrar de ojos, estaba en un bosque, pero era
increíblemente hermoso, sus flores eran muy grandes, tan altas como ella, los
árboles parecían llegar al cielo, tenían unos colores y unos olores tan
intensos que embriagaban los sentidos. El Elfo llevó a Camila a un pequeño
palacio que había en el centro del bosque, y allí esperaron a la reina del
mundo de los ¡Elfos, aunque Camila no entendía nada tampoco estaba asustada,
esperó pacientemente hasta que apareció.
-Pero si eres igual que yo. – dijo Camila
-Sí, somos hermanas gemelas, lo que sucedió
es que cuando nacimos las leyes no permitían tener más de un hijo así que
nuestros padres te llevaron al mundo de los humanos, pero ahora yo soy la reina
y yo cambié las leyes para que pudieras volver a casa.
-No entiendo, no soy humana.
-No hermana, tu eres una Elfa, y además
perteneces a la familia real.
-Me estás diciendo que soy una princesa.
-No, te estoy diciendo que eres una reina.
-Pero la reina eres tú.
-Hermana. Este trono es de las dos, somos
hermanas gemelas. Las dos tenemos la sangre real por nuestras venas. Nuestro
destino es reinar juntas el Bosque Élfico.
-Pero
mis padres.
-Tus
padres conocen tu historia, pero si quieres podemos ir y así hablas con ellos.
-Sí,
me gustaría mucho.
-Solo
me gustaría saber una cosa.
-¿Lo
qué?
-¿Reinaras
conmigo?
-Sí,
pero me gustaría poder ir a ver a mis padres de vez en cuando.
-Por
supuesto, incluso si tú quieres y ellos quieren podrían venir a vivir aquí.
Tras
esta leve conversación, las dos hermanas junto con el chofer Élfico volvieron
al mundo humano. Cuando llegaron a casa de Camilo los padres de ella no podían
parar de abrazarla.
-Hola
señor y señora Gutiérrez.
-Princesa
está usted aquí.
-Papá,
mamá porque no me habéis contado nada de esto.
-Lo
siento hija, pero le prometimos a tus verdaderos padres que te cuidaríamos como
si fueras nuestra propia hija y que jamás te contaríamos nada, ellos nos
dijeron que cuando llegara el momento alguien vendría a buscarte, y por lo que
veo ya llegó la hora- dijeron sus padres.
-Así
es, nuestros padres fallecieron hace un año y yo obtuve el reino, cambié las
leyes para que mi hermana pudiera volver con los nuestros- dijo la reina.
-Lo
entendemos majestad, pero también entienda, que nos duele separarnos de nuestra
hija.
-Papá,
mamá, podéis venir con nosotros.
-Podemos
vivir en el bosque Élfico.
-Pues
claro que sí, viviréis en Palacio con nosotros, habéis criado a una reina
élfica tenéis todo el derecho de vivir con nosotros en palacio- dijo la reina.
Los
padres, prepararon las maletas y subieron al coche, pero cuando estaban a punto
de marchar grito Camila.
-Espera.
-Que
sucede hermana.
-No
pasa nada, solo que quiero coger algunas cosas.
-Sabes
que en palacio tendrás de todo lo que necesites- dijo la reina.
-Lo
sé hermana, pero es algo muy especial para mí.
-Vale,
ve a buscarlo entonces.
Camila
salió del coche, entró en la casa y fue directo a su habitación. Una vez en la
habitación cogió una caja que tenía debajo de la cama, en ella guardaba todos
sus antiguos diarios, después abrió el primer cajón de su mesilla de noche y
cogió su actual diario. Se dispuso a marchar pero se detuvo justo en la puerta
de la habitación y mientras la miraba, por su mente pasaban cientos de miles de
recuerdos vividos en esa habitación. Cerró la puerta y volvió al coche.
Nuevamente en un abrir y cerrar de ojos ya estaban en el Bosque Élfico. Los
cuatro entraron en palacio y los padres fueron llevados a su habitación
mientras que Camila fue acompañada a su habitación por su hermana.
-Querida
Camila, esto es como un sueño para mí, por fin las dos juntas.
-Yo
aún no me creo que esto sea verdad.
-Sí,
es verdad y siempre estaremos juntas. Ahora descansa mañana celebraremos tu
coronación, te enseñaré el palacio y poco a poco te mostraré el reino y
nuestras obligaciones.
-Muy
bien hermana.
La
reina se fue y Camila quedó sola en su habitación guardó su caja debajo de la
cama y se sentó en su escritorio, cogió su diario y comenzó a escribir.
“Todos
tenemos un destino que seguir y ahora ya sé cuál es el mío”
Precioso relato fantástico 💞
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