Su
hermosura no tenía igual, su larga melena de un color rojo fuego hipnotizaban a
cualquier hombre al pasar, acompañada de un cuerpo perfecto y una cara de
muñeca de porcelana tenía locos a todos los hombres del pueblo.
Cada
mañana iba al río a lavar la ropa de su enferma abuela, la pobre mujer de una
edad muy avanzada ya apenas se podía se podía mover, dependía plenamente de su
queridísima nieta. Parecía un pueblo normal, con gente normal pero no era todo
como parecía. En el pueblo convivían brujas blancas, hadas, gnomos, duendes,
etc… todo tipo de seres mágicos. Nuestra hermosa amiga se llamaba Efigia, ere
descendiente directa de las ninfas, su anciana abuela era la reina y por
herencia ella sería la futura reina.
La
anciana había anunciado el cambio de reinado de las ninfas, ya que no se
encontraba con las fuerzas suficientes para poder cumplir con sus obligaciones
y como Estigia ya había cumplido la mayoría de edad ya podía acceder al trono.
La coronación de las ninfas era una gran fiesta y un evento muy importante para
el pueblo, ya que eran ellas quienes protegían a todos los habitantes, mágicos
como no mágicos. El pueblo estaba todo decorado y todos los pueblerinos estaban
vestidos con sus ropas de gala, la reina estaba sentada por última vez en su
trono, a la espera de la llegada de Efigia. Al llegar la nueva reina todos
aplaudieron, pero cuando parecía que todo iba perfecto apareció Enia, la madre
de Efigia.
-Alto,
esta coronación no se puede celebrar. (Dijo Enia)
-¿Qué
haces aquí? Tú ya no eres bienvenida. (Comentó la anciana reina)
-Madre,
ya veo que no me echaste de menos.
-Te
busqué por todos los reinos, hasta que descubrí que te habías ido con las
brujas negras de los bosques altos. Desde ese momento renuncié a ti, el mal no
tiene cabida en este reino.
-Pero,
te guste o no, yo soy tu hija, y soy yo quien debe heredar el reino.
-Te
equivocas, en el momento que Efigia obtuvo la mayoría de edad ella también
tiene derecho al trono.
-Bien,
somos dos con derechos a reinar, que vas a hacer.
-Bajo
las leyes de las Ninfas, cuando dos herederos a trono quieren el reino, tendrán
que combatir hasta la muerte o rendición.
-JA,
JA, JA, esto puede ser divertido, no hay nadie que pueda competir con el poder
que he ganado en todos estos años. Las brujas de los bosques me enseñaron todo
su poder y junto con el poder de las ninfas, soy invencible.
-Eso
lo veremos Enia, como marca la tradición tenéis tres semanas para prepararos
para el duelo.
-
Que va hacer esa niña en tres semanas contra mí que llevo entrenando años. En
tres semanas estaré aquí.
Enia
se marchó igual de rápido que llegó.
-Abuela,
mi madre tiene razón, no tengo nada que hacer contra ella.
-No
tienes de que preocuparte, eres la ninfa más poderosa que conozco, tu linaje es
el más poderoso, es cierto que tu madre posee un gran poder proveniente de las
ninfas y lo que le enseñaron las brujas negras, pero tú, a diferencia de ella,
llevas en tu sangre el poder ancestral de las ninfas junto con el poder
ancestral de una larga estirpe de magos blancos.
-¿Magos
blancos?
-Si
querida, tu padre era el heredero del reino de los magos blancos, pero fueron
atacados por las brujas negras y lo asesinaron, al igual que a la mayoría del
reino de los magos.
-¿Por
qué nunca me habías hablado de él?
-No
quería que siendo tan pequeña ya tuvieras rencor por el mundo. Espero que me
puedas perdonar.
-
Claro que si abuela.
-En
estas tres semanas, las brujas blancas te adiestraran en su poder, que es lo
único que necesitas.
-Podré
aprenderlo en tan poco tiempo. Mi madre tardó años con las brujas negras.
-
Cariño,, ten en cuenta una cosa, tú la llevas en la sangre.
Tras
toda la conversación Efigia fue a descansar, ya que en estos días tendría mucho
que aprender.
Llegó
la mañana siguiente y la anciana de las brujas blancas fue la encargada de ser
la maestra de Efigia.
-Hola
querida, supongo que estarás nerviosa, pero de verdad, no te preocupes. Lo
primero que vamos hacer será despertar tus poderes de bruja ya que, los de
ninfa los tienes despiertos desde siempre.
-¿Cómo
vamos a hacer eso?
-Es
muy sencillo, invocaremos a tus ancestros par que sea más rápido y sean ellos
mismos quienes los despierten.
-No
lo entiendo.
-Te
explico, normalmente las brujas, desde muy pequeñas nos enseñan a despertar el
poder, pero en tu caso, lo tenemos que haces en versión rápido, y la forma más
veloz que conozco es que tus familiares te lo despierten. Confía en mí.
Las
dos se sentaron en el suelo, una frente a la otra, dibujaron con unos pétalos
de claveles blancos un corazón en el suelo, en el centro pusieron una vela
blanca y la anciana pinchó un dedo de Efigia y una gota de su sangre calló en
la vela.
-¿Para
qué es la sangre? Pensé que las brujas blancas no usaban sangre.
-No
la usamos para hacer daño, pero es la única forma que hay para poder llamar a
tus ancestros de sangre.
-
Entiendo.
Tras
un leve silencio, la anciana dio unos rezos y de la nada, saliendo de la luz de
la vela apareció el padre de Efigia.
-
Efigia, querida hija, que hermosa estás.
-
Papá. ¿Eres realmente tú?
-
Si querida hija, deseaba tanto hablar contigo.
-Y
yo papá, deseaba con todas mis fuerzas conocerte.
-
Bueno, no quiero volverme la bruja mala de la historia, pero no tenemos tiempo.
¿Sabes para que te hemos llamado?
-
Sí, lo sé, y no os preocupéis, además de despertar sus poderes, le voy a dar
una bendición. Como ya sabrás anciana, los magos muertos tenemos derecho a dar
una bendición a un vivo y yo aún no he dado la mía, esperaba este momento para
hacerla.
-
Adelante (dijo la anciana)
-
Por el poder de los ancestros que tus poderes despierten de su largo sueño y
brote de ti todo tú poder.
Tras
esas palabras Efigia comenzó a levitar y saliendo de ella una luz blanca que alumbraba
todo el pueblo.
-Tus
poderes han despertado, ahora recibe mi bendición. Te otorgo la bendición de la
sabiduría.
-Perfecta
bendición, prácticamente apenas ya necesitará entrenar, ya que todo lo que yo
le pueda enseñar se lo has dado tú con tu bendición. Con esto solo tendrá que
ganar fuerzas y como mucho prepararse algunas pociones. Nos has salvado.
-Yo
no. Os salvará Efigia. Ella tiene el poder y está bendecida desde su nacimiento
por la primera reina ninfa. Ella es la elegida.
-
La elegida para que
-Ya
lo sabrás hija mía, el tiempo te lo mostrará. Ahora me tengo que ir, nos
volveremos a ver pronto. Te quiero
Y
tras esa despedida, la vela se apagó cerrando la puerta entre los muertos.
Las
semanas siguientes Efigia perfeccionó sus poderes y preparó pociones de
curación y protección, para poder proteger el pueblo de la batalla que estaba
por llegar. Llegó el día del combate final, e igual que la otra vez Enia
apareció en completo silencio, esta vez acompañada de tres brujas negras.
-¿Que
hacen aquí esas brujas? (Pregunto la anciana ninfa)
-
En breve, este será mi reino, por lo que también será el reino de las brujas
negras y todos tendréis que darle respeto y obedecerlas.
-
Los veremos madre, el combate aun no lo has ganado
-Efigia,
harías mejor rindiéndote ahora, no te quiero matar.
-Comencemos.
Antes
de empezar Efigia lanzó las pociones marcando una línea de protección hacia el
pueblo.
-No
te preocupes por ellos, preocúpate por tu vida
-Ellos
son mi vida.
La
dura batalla comenzó, hechizos se mandaban una a la otra, parecía no tener fin,
pero tratándose de brujas negras las trampas aparecieron, en vez de ser madre
contra hijas, finalmente se convirtió en cuatro contra Efigia. Poco a poco Efigia
iba perdiendo la batalla, se estaba quedando sin fuerzas, estaba en el suelo
cuando se escuchan unas voces desde el pueblo.
-TÚ
PUEDES, BUSCA EL PODER
Al
escuchar esas palabras Efigia se levantó y comenzó a llamar al poder de la
tierra y miles de millones de bolas de luz entraban en ella proveniente de la
tierra y de todos los seres mágicos que estaban con ella. Tras esa lanzó un
hechizo de luz expulsando a las cuatro brujas más allá del horizonte, ganando
la batalla y proclamándose reina.
Una
gran fiesta se celebró en el pueblo para la coronación de Efigia, miembros de
todas los pueblos vinieron a la celebración, pero dentro de toda la felicidad,
dijo Efigia.
-Celebremos
el día de hoy, pero estemos preparados para la venganza de las brujas negras.
Ese día a de llegar.
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Espero que os gustara el relato de hoy, aquí os dejo la imagen del día y daros las gracias por perder un poco de vuestro valioso tiempo conmigo.
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