Era nuestra luna de miel y nos fuimos al Monasterio de Ucles, habíamos visto cientos de fotos, enamorándome en especial de la Torre de Pontido. Tanto a mi marido como a mí nos fascinaba su historia, desde sus inicios con la dominación musulmana hasta cuando obtuvo su mayor esplendor, durante la posesión de la Orden de Santiago convirtiéndola en fortaleza.
Nada más
llegar nos hicimos fotos en la Portada Principal, en la fachada sur, era
maravilloso, recuerdo que cuando nosotros llegamos estaban celebrando una boda,
en cierto modo hasta me dio envidia. Mi
marido y yo nos prometimos que cuando cumpliéramos los 25 años de casados
haríamos una celebración aquí. Mientras paseábamos por el monasterio
descubrimos que también celebraban conferencias, era increíble, además de
desprender paz, era mágico y a su vez un lugar perfecto para cualquier cosa.
Pasaron los años y justo un mes antes de que hiciéramos
las bodas de plata, mi marido falleció en un trágico accidente. Aunque estaba
destrozada decidí ir igualmente al monasterio, claro que no iba a celebrar nada
pero iba en busca de esa paz que tanto necesitaba. Los sacerdotes diocesanos
que allí vivían se convirtieron en un gran apoyo para mí, ayudándome a curar mi
dolor. Tengo que reconocer que a ellos les debo mi vida, ahora cada año vuelvo
para llenarme de la magia, sabiduría y paz que hay en aquel lugar.
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Espero que os gustara, y gracias por perder un poco de vuestro valioso tiempo conmigo.
Aquí os dejo la imagen de hoy. Un beso
Muy bonito y triste a la vez
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