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Capitulo II : EL MEJOR VERANO .
Estamos en el año 1995, nuestra querida amiga terminó la escuela en el mes de Junio y, es en ese momento, donde empezó su verano.
Tenía una rutina marcada, cada día por la mañana se levantaba sobre las 9 de la mañana para desayunar, ducharse y automáticamente comenzar a realizar sus tareas de la casa, siempre empezaba por su habitación, pues era algo que le llevaba mucho tiempo tiempo hacer, después según el día, tenía que hacer más o menos tareas. Una vez terminada sus tareas, su madre le dejaba salir. Así fue, que empezó una pauta deportiva que le ayudo a estar en plena forma.
Cada día, junto con una buena amiga, salia a correr recorriendo toda la zona de playas de su pequeño pueblo, al llegar a la última playa comenzaba una serie de ejercicios en la arena, que duraba aproximadamente unos 30 minutos, para después comenzar el camino de vuelta subiendo 100 escaleras que había al final de la playa.
Los primeros días, el recorrido le duraba hora y media, pero poco a poco se fue alargando en el tiempo, ya que las dos amigas empezaron a parar en una pequeña arboleda que se encontraba al final de la playa. Se sacaban fotos, se contaban sus secretos, etc... lo normal entre adolescentes.
Pero un día sin saber muy bien como ni porque se empezaron a dar cuenta que un joven de unos 20 años les miraba en la distancia, ellas aunque en un principio inquietadas, poco a poco se fueron habituando a verle, y realmente, les daba igual su presencia. Las muchachas seguían haciendo su vida.
A demás de ir por las mañanas, siempre quedaban por las tardes para ir a la playa, practicar baloncesto o simplemente para ver una peli o dar una vuelta, lo extraño fue cuando un día de la primera semana de Julio, mientras estaban en la cacha de baloncesto practicando unos triples, se dieron cuenta que el mismo joven de la arboleda las estaba mirando en la distancia.
María, que era una joven muy atrevida, decidió acercarse a ese joven tan misterio que siempre las vigilaba en la distancia y así preguntarle que quería, quien era, que buscaba, y así fue, dejó a su amiga en la cancha tirando unos triples y ella se dirigió, caminando lentamente,hacía el muchacho misterio. Durante ese corto camino, María se encontraba muy nerviosa, no hacía más que preguntarse que le iba a decir y en entonces el camino se acabó quedándose frente a frente del joven.
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Y aquí lo dejamos por hoy con la intriga de saber que pasara en ese encuentro misterioso y junto a esta hermosa arboleda, que cada uno use su imaginación y coloque en ella a nuestros protagonistas.
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