Hola a todos, hoy continuaremos con la historia que comenzamos ayer. También quería informaros que ya tengo la primera historia para la semana de HALLOWEEN. La historia que inaugurara la semana del terror será una que escribió mi querida hija de 12 años, espero que os guste, pero eso será para el Lunes 28.
Bueno, no me voy a enrollar más y comencemos con el capitulo 2 de nuestra historia.
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CAPITULO 2: EL PRIMER DÍA DE TRABAJO
Con los nervios a flor de piel se despertó media hora antes de lo que tenía previsto, se levantó, se aseó y comenzó a prepararse. Mientras se preparaba sonó el despertador, le resultó simpático apagarlo con medio pantalón puesto, pero ella no quería que sonara mucho tiempo para no despertar a sus padres, ya que eran las 5:30 de la mañana. Realmente era muy temprano, pero tenía que entrar a trabajar a las 7:30 y para ello coger el barco que cruzaba la ría a las 6:30 ya que no tenía otro que le permitiera llegar a tiempo.
Acabó de prepararse y a las 6:00 salió por la puerta de su casa dirección a su nuevo trabajo. Después de todo el trayecto, llegó a la puerta de la cafetería diez minutos antes de la hora de llegada, al poco llegó su compañera y el dueño para abrir el bar y así comenzar la jornada laboral.
Nada más entrar tenían que limpiar todo el local, ya que realmente el horario de apertura era a las 8:30, pero esa hora de diferencia se utilizaba para hacer todos los preparativos. Entre su compañera y ella se pusieron de acuerdo en como organizar el trabajo y así hacerlo mas cómodo y mas rápido.
Llegaron las 8:30 y con el reloj aparecieron los primeros clientes. La verdad, es que Esmeralda estaba encantada, toda la clientela parecía muy dócil, amable y comprensiva, así daba gusto trabajar. Sin apenas darse cuenta eran las 12:00 de la mañana, hora en que entraba la cocinera para prepara los posibles bocadillos que pidieran , pero eso no fue lo que llamó la atención de Esmeralda, al mismo tiempo que entraba la cocinera, un hombre se ponía en la esquina de la barra, al acercarse se dio cuenta que desprendía un olor muy fuerte a pescado, por lo que dedujo que era marinero o por lo menos que trabajaba con pescado , pese al olor lo atendió con una gran sonrisa, preguntándole que desea tomar, el hombre todo serio dijo:
- Una coca cola por favor y no me traiga pincho, a comer voy a mi casa.
Esmeralda no sabía porque el hombre le había hablado tan seco, no sabía si era porque ella no le caía bien o simplemente porque era un hombre excesivamente serio, pero, con la única intención de descubrirlo estuvo muy pendiente de él, incluso le preguntó a su compañera, lo que ella le aclaró que siempre era así, con la diferencia de que hoy había hablado más de lo habitual, debía de ser porque había camarera nueva y tenía que explicarlo todo.
Justo una hora después el hombre marchó, ni tan siquiera se despidió, desapareciendo como si de un fantasma se tratara.
Acabó el turno de Esmeralda y después de tener todo preparado se marchó para su casa haciendo exactamente el mismo camino que por la mañana. Al llegar a su casa, como era de esperar, sus padres le preguntaron que tal el trabajo y ella les empezó a contar todo con pelos y señales. Mientras les contaba lo del hombre misterioso a su madre le dio la risa como teniendo una extraña premonición de lo que iba a pasar, aunque se negó a contarlo, ya que no quería ser ella quien empujara a su hija a hacer nada, si surgía algo que sea por ellos mismos.
Finalmente pasaron la tarde jugando a las cartas, ya que Esmeralda sentía en falta la partida de la noche, con la misma se pusieron a cenar temprano para acostarse que al día siguiente tenía que madrugar para seguir con su vida de currante.
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Y aquí lo dejamos por hoy, no sin antes agradeceros de todo corazón en compartir conmigo un poco de vuestro valioso tiempo. Un beso muy fuerte y hasta mañana que continuaremos con el tercer capitulo de nuestra historia.
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