Hola a todos vamos a continuar con el poema del 2020
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Apareció un nuevo movimiento,
aplausos por doquier,
por el grandioso trabajo,
de enfermeras y su fe.
También tuvimos la cacerolada,
en contra del estado,
ya que por mucho que hacían,
nos tenían desolados.
Como salir no se podía,
ni celebrar cumpleaños,
nuestros policías,
nos cantaban feliz cumpleaños.
También surgió un fenómeno,
conciertos en los balcones,
se sacaban los pianos,
y se presumía de las voces.
Como todos no cantaban bien,
también había payasos,
que pasaban el tiempo,
bailando y saltando.
Los niños eran felices,
al llegar esas horas,
tenían espectáculo,
las veinticuatro horas.
Los profes en sus casas,
intentaban dar lecciones,
pero no eran estables,
ni alumnos ni profesores.
Salieron varios videos,
de diversas clases,
mientras hablaban los profes,
soñaban los bribones.
Apareció el negocio del año,
los guantes y los geles,
de todos los colores,
y los precios en las nubes.
Son de uso obligatorio,
pero cualquiera los compraba,
en vez de uso habitual,
era un artículo de lujo.
Poco a poco consiguieron,
estabilizar los precios,
pero mientras no lo lograron,
muchos se enriquecieron.
Varios tipos de mascarillas,
quirúrgicas y de tela,
FFP FFP2
y más ya no sé.
Después la nueva broma,
los guantes ya no,
solo el gel y mascarillas,
suficiente precaución.
Los geles de todo tipo,
hasta alguna broma salió,
toman mis manos más alcohol,
que el que tomo yo.
Geles de coco y mango,
hasta de la fruta de la pasión,
pero una pregunta surgía,
porque unos pican y otros no.
Porque si que era curioso,
ni que fueran pimientos de padrón,
unos picaban en las heridas,
pero otros no.
Nuestras amigas las mascarillas,
se volvieron promoción,
todos tenían una,
con su logo para la ocasión.
Eran grandes y pequeños,
de cualquier color,
si protegen no importa,
solo el diseño y su color.
Para niños con dibujos,
para mayores de color,
incluso anda el manga,
por alguna que vi yo.
Vallamos a la moda,
esa es la solución,
evitemos la multa,
y presumamos sin control.
Las gentes se quejaban,
porque no podían respirar,
eso no importa, no es importante,
si no respiras que más da.
Los asmáticos se quejaban,
ya que tenían problemas de pulmón,
la mascarilla dificultaba,
aún más su respiración.
Un papel les dio el médico,
como gran solución,
por la calle te valía,
pero en un comercio no.
Como historia curiosa,
que ocurrió una vez,
a una joven asmática,
una multa quisieron poner.
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Por hoy lo dejamos aquí, mañana más. Un beso para todos y gracias por perder un poco de vuestro valioso tiempo conmigo.
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