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domingo, 5 de abril de 2020

ZENDA MI HEROÍNA LA CAJERA



          Los aplausos de las ocho de la tarde homenajeaban cada día a los médicos y enfermeras del país, pero Ania se sentía olvidada es esta pequeña gran guerra.
         
          Ania trabaja en una pequeña tienda de su pueblo, si ella cerraba todos quedarían sin suministros alimenticios. Cada día se pasaba sus ocho horas con la tienda abierta y una vez que cerraba llevaba los pedidos a esos ancianos que estaban solos en sus casas.

           Su jornada laboral era aproximadamente de unas 10 horas en peligro constante de contagiarse. Su hija tenía serios problemas respiratorios desde su nacimiento  y su marido padecía de un cáncer, que aunque estaba en tratamiento, los dos eran personas de alto riesgo. Para protegerlos ella optó por aislarse en el trastero de la casa. Solo los miraba por la mañana cuando el marido le dejaba la comida de todo el día en la puerta, siempre manteniendo la distancia, o cunado ella les dejaba la compra en la puerta. Era duro pero ante todo estaba la seguridad de su familia.  Ella tenía claro que este sufrimiento sería recompensado después cuando todo esto acabara dándoles un fuerte abrazo tanto a su marido como a su adorada hija.

         Los héroes son todos los profesionales de diversos sectores que trabajan por el bien de nuestro país.

1 comentario:

  1. Una historia muy real y demasiado frecuente, a ver si deja de serlo pronto. Que tengas suerte en el concurso de Zenda, yo también participo

    https://elpedrete2.blogspot.com/2020/04/zenda-un-heroe-de-carne-y-hueso.html

    Por cierto, en el penúltimo párrafo, dices “cunado” en lugar de “cuando”

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    Hola a todos, esta entrada es para avisaros que estoy trabajando en una nueva historia, una historia para vosotros, si veo que soy capaz...